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miércoles, 6 de agosto de 2014

DIOS QUIERE HABLAR A NUESTRO CORAZON

Todos en algún momento nos vemos obligados a cruzar por el desierto de las circunstancias difíciles para poder seguir nuestro camino. Cuando somos llevados al desierto, llegan a nuestras vidas días en los cuales deseamos hallar refugio pero no lo encontramos, es el desierto donde la felicidad que acompaña la relación con Dios es puesta a prueba en medio del silencio, la lucha y el temor. Es en los desiertos donde experimentamos en nuestro corazón una profunda necesidad del toque sobrenatural de Dios para poder seguir adelante.
Pero Dios nos dice a través de su Palabra que está con nosotros todos los días de nuestras vidas, así que debemos estar seguros que podemos pasar nuestros desiertos en victoria.
Es importante reconocer que la Palabra de Dios y sus promesas debemos de grabarlas en nuestra mente y en nuestro corazón, porque es allí donde el manantial de poder fluye y la victoria comienza en nosotros, en nuestro ser interior, alma y espíritu, de ello depende nuestra victoria cuando todo nuestro ser se alinea en el propósito de Dios.
Como hijos de Dios siempre seremos llevados por El a los desiertos espirituales, allí serán tiempos de quebrantamiento, de humillación y profunda enseñanza. El Señor permite los desiertos espirituales porque desafían nuestra fe para que nos demos cuenta que la única fuente de nuestra provisión es Él. Es en esos momentos cuando nadie entiende o comprende por lo que estamos pasando y aún cuando parezca que estamos acorralados y sintamos que estamos entre la espada y la pared, no debemos dudar de que El está contigo y conmigo, porque allí Dios se va a manifestar y va abrir caminos a los que confiamos en El.
Es tiempo de abrir los ojos y ver la salida del desierto, tener paciencia, paz, perseverancia y fe, porque Dios no nos ha dejado solos. Él está ahí en medio del desierto esperando que lo superemos confiando en El.
Nuestro Señor Jesús ya pagó el precio en la cruz del calvario y quiere que vivamos libres de ataduras para poder disfrutar de sus grandezas. Decidamos hoy, en medio de los desiertos renovar nuestra mentalidad. Para pasar de un nivel de victoria a otro más grande, necesitamos dejar nuestros pensamientos negativos, pensamientos de esclavitud y estar dispuestos a abrazar nuevos pensamientos que vienen de Dios. Dios nos está llevando a la tierra prometida, estamos caminando en el desierto, pero la Palabra de Dios es la comida que nos va a sustentar hasta que lleguemos a la tierra prometida.
La Biblia nos dice en Oseas 2:14:
“Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón”